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LA CARA OCULTA DE LOS BIOCOMBUSTIBLES
Su producción conlleva la pérdida de bosques tropicales y de su biodiversidad

El pasado 27 de febrero fue inaugurada la mayor planta española de biodiésel en la localidad toledana de Ocaña. Este combustible biológico es la principal apuesta de los gobiernos sumidos en la inquietante búsqueda de la fuente, que en vez de la juventud, es de energía limpia. Se han convertido en exploradores más que por arte, por necesidad de un cambio: la dependencia del petróleo de los países desarrollados es extrema y su utilización ha acelerado el proceso natural del calentamiento global. Pero, ¿es esta alternativa tan beneficiosa como se hace creer?


Se les conoce como biocombustibles a aquellos derivados de la biomasa -de orgien biológico- tales como el aceite vegetal. Utilizados para sustituir parte del consumo de los recursos fósiles tradicionales (petróleo y el carbón), son considerados como fuentes de energía renovable con poco impacto ambiental. Sin embargo, la utilización de semillas y la ampliación de la zonas agrícolas de muchos países suponen la pérdida de selvas y bosques con su biodiversidad, además de crear un gran conflicto entre los alimentos destinados para la alimentación y el combustible.

De nuestras cocinas al coche
El biodiésel se usa en Europa desde hace diez años. De hecho, este producto ya se utilizaba hace más de 100 años. Fue Rudolph Diesel hacia el año 1900 quien lo utilizó por primera vez en su motor de ignición y predijo el uso de biocombustibles.
En España, aunque es ahora cuando se empieza a vender como sustituto del diésel, ya son 25 las gasolineras que lo venden en Cataluña, comunidad en la que empezó a funcionar la primera planta productora.

Por lo general se habla del biodiésel como aquel carburante que tiene su origen en el aceite que usamos en casa. Y no es mentira. Para recuperar el aceite utilizado, existe un sistema de recogida que trabaja con hoteles, empresas de catering, cocinas industriales u hospitales, los principales consumidores de este producto. Incluso existen en varias ciudades experiencias de recogida domiciliaria en los llamados “puntos limpios”, donde los propios ciudadanos depositan sus residuos. "Una vez recogido se lleva a una planta gestora de residuos donde se recicla y limpia. Después nos lo traen a las plantas de biodiesel", explica Jordi Vaquer, director de Stocks del Valles.

Sin embargo, aunque ciertamente se trata de un combustible totalmente ecológico y biodegradable, es difícil creer que el uso humano de dichos aceites sean suficientes para mantener a los casi 837 millones de vehiculos a nivel mundial, incluyendo motocicletas, según la página web batanga autos. Es entonces cuando se hace necesario el desarrollo comercial y a gran escala del producto.

Un solución compleja
Aquellos carburantes que son producidos a base de palma aceitera, caña de azúcar y soja conllevan grandes impactos sociales y medio ambientales. Además de la pérdida de bosques y selvas para el establecimiento de plantaciones monocultivos, la biodiversidad y la fuentes de aguas naturales y humedales sufren un grave daño que puede resultar irreparables.

Así tenemos el ejemplo de Brasil, donde ya se habían perdido más de 26.000 kilómetros cuadrados de la selva amazónica para 2004- conocida como pulmón del mundo- por la cosecha, construcción de carreteras y la tala indiscriminada. A pesar del peligro que esto supone para la diversidad y el equilibrio natural, el gobierno de Lula acaba de cerrar un acuerdo con EEUU para la producción de biodiésel. Esto supondrá nuevos terrenos para el monocultivo que para más, no estará destinado a la necesidad de un pueblo que tiene un índice de pobreza de 17,4%, sino que será una cosecha destinada a la combustión y la exportación. Ciertamente supondrá unas ganancias importantes con el que se puede combatir los principales problemas del país caribeño, pero los medios que se utilizan pueden ser demasiado arriesgados para la meta que se busca.

Dice el periodista británico George Monbiot en la Revista del Sur # 168: “Para mover nuestros coches y autobuses (solamente) con biodiesel se requerirían 25,9 millones de hectáreas. Existen en el Reino Unido 5,7 millones de hectáreas. Si esto sucediese en toda Europa, las consecuencias sobre el suministro de alimentos serían desastrosas: pasaríamos de ser excedentarios a ser deficitarios netos”. Dicho comentario se complementa con lo escrito por Ricardo Luis Mascheroni, docente e investigador:


<<>Si creyó esta propaganda interesada, lamento desilusionarlo, pero se equivocó de cabo a rabo.

- Beneficiará a nuestros productores: Sinceramente no se como, ya que es poco probable que se venda en el país, ya que como dice Jorge Kaloustian presidente de la empresa Oil Fox (productora de biodiesel), “como en el mercado interno la venta de este producto por el precio de la soja vienen en alza, no hace competitivo al aceite con el gasoil, por lo tanto las oportunidades están en la exportación”.

- Contribuye al Desarrollo sustentable del ambiente: “En gran parte de las regiones extrapampeanas, donde avanza la frontera agrícola por la sojización, no sólo crece la desocupación, y aumentan los demandantes de planes sociales, sino que se produce la contaminación por agroquímicos de vastas regiones, la degradación ambiental y la apropiación de tierras y agua, con la consecuente inhibición de otras actividades agropecuarias y la desarticulación de los modos de vida de las poblaciones rurales”.

- Mitiga el cambio climático: “La combustión de biodiesel produce más óxidos de nitrógeno, los que en la atmósfera producen un efecto invernadero 24 veces superior al de dióxido de carbono”. >>


Más información:
> Haz tu propio biodiésel Eres capaz de reciclar tu propio aceite de cocina. AgroDiario te propone una receta para ello

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